martes, 29 de enero de 2008

El texto del Evangelio


El Evangelio de Marcos es el segundo y el más breve de los evangelios incluidos en el Nuevo Testamento. Según la opinión mayoritaria, es el más antiguo de los cuatro evangelios canónicos, aunque no existe acuerdo sobre la fecha de su composición: suele datarse entre los años 65 y 75, pero algunos autores son partidarios de una datación más temprana. Su autor es desconocido, aunque una tradición cristiana tardía lo atribuye a Marcos, personaje citado en otros pasajes del Nuevo Testamento. Narra la vida de Jesús de Nazaret desde su bautismo por Juan el Bautista hasta su resurrección.
Al tener mucho en común respecto a los evangelios de Mateo y Lucas, se había llegado a afirmar que el de Marcos era un resumen de los evangelios de Mateo y Lucas.
Weisse y Wilke, de modo independiente, en 1838 concluyeron que el evangelio de Marcos no era un resumen de Mateo y Lucas, sino que era anterior a ellos y más bien les había servido de fuente.
El autor, se trate o no de Marcos, parece ser que se dirige predominantemente a pagano-cristianos, más que a judeocristianos. Cada vez que emplea un término en hebreo o en arameo, lo traduce al griego, lo que hace suponer que se dirige a una audiencia no familiarizada con estos idiomas. Utiliza la traducción al griego de la Biblia, la Biblia de los Setenta, y no su versión original hebrea, y no está familiarizado con la geografía de Palestina.
Contiene varios errores geográficos de la zona, y también algunos relacionados con las costumbres judías.
Tradicionalmente se ha situado su autoría en Roma por los latinismos que se utilizan. No obstante, esos latinismos en estudios posteriores se ha visto que eran conocidos en muchos lugares del imperio, por lo que es bastante complicado situar geográficamente su autoría. Otros investigadores afirman que se redactó en Antioquia, pero no existe consenso.
El evangelio de Marcos relata la historia de Jesús de Nazaret desde su bautismo hasta su resurrección. A diferencia de los otros dos sinópticos, no contiene material narrativo acerca de la vida de Jesús anterior al comienzo de su predicación.
Marcos está de acuerdo en lo esencial con la teología paulina: lo único importante en Jesús es su muerte y su resurrección. No obstante, a diferencia de Pablo, se ocupa de consignar los hechos y dichos de Jesús.

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